• Investigadores de la Universidad de Barcelona estudian el posible beneficio del consumo combinado de cafeína y glucosa sobre el rendimiento cognitivo
• Los resultados de las pruebas neuropsicológicas del estudio PERFORMANCE fueron presentados en el último Congreso de la SEN, y sugieren efectos beneficiosos en el rendimiento de tareas de memoria a corto plazo
• Consumir el equivalente a dos refrescos de cola o un café una hora antes de una prueba o presentación puede mejorar el rendimiento intelectual
La cafeína es uno de los ingredientes más consumidos en la población adulta europea, estando presente en numerosos productos de consumo habitual (café, refrescos de cola, té, chocolate, algunas bebidas energéticas,…). Además de los efectos estimulantes, los resultados de los últimos estudios sugieren que podría actuar positivamente sobre el rendimiento intelectual.
Investigadores del Grupo de Neuropsicología de la Universidad de Barcelona dan por concluido el estudio PERFORMANCE, un trabajo pionero en España cuyo objetivo principal ha sido valorar los efectos de la cafeína y el azúcar sobre el funcionamiento del cerebro y el rendimiento intelectual. Para ello, han utilizado pruebas neuropsicológicas estandarizadas y de imagen por resonancia magnética cerebral funcional.
Durante el XI Congreso de la Sociedad Española de Nutrición (SEN), celebrado el pasado mes de junio en Sitges bajo el lema “Logros y Retos en Alimentación: Innovación y Consumo”, se adelantaron los resultados de las pruebas neuropsicológicas realizadas sobre una muestra de 80 universitarios, de entre 18 y 25 años, para evaluar los efectos de la administración de dosis bajas de cafeína y/o glucosa, como las contenidas en el café o bebidas de cola, en el rendimiento cognitivo.
“El rendimiento en las tareas de reacciometría es superior tras el consumo tanto de cafeína como de glucosa, la psicomotricidad fina se beneficia del consumo de glucosa y la curva de aprendizaje en la tarea de memoria es mejor con la administración conjunta de glucosa y cafeína”, señaló el informe presentado.
Estudios previos ya habían constatado este efecto beneficioso con dosis bajas de cafeína:
“Son diversos los efectos que la cafeína puede ejercer sobre el sistema nervioso central cuando se consume en cantidades bajas o moderadas. Así, aumenta el estado de alerta y reduce la fatiga, especialmente en situaciones de cansancio o bajo grado de alerta (por ejemplo, en trabajadores de turno de noche o personas privadas de sueño)”, afirma la Dra. Ana Adan, una de las coordinadoras del trabajo.
En cambio, el consumo de dosis excesivamente altas de cafeína (más de 500 mg) se asocia con estados anímicos de ansiedad y exceso de estimulación.
Estudio pionero en España
El objetivo del estudio PERFORMNACE era el de valorar de forma objetiva los efectos sobre el rendimiento intelectual de diferentes bebidas que contengan azúcar y cafeína mediante pruebas neuropsicológicas estandarizadas y a través de imágenes por resonancia magnética funcional (IRMf). Mediante las pruebas neuropsicológicas se midieron aptitudes como la velocidad de procesamiento de la información, la destreza manual, la capacidad visuo-espacial, la memoria inmediata y la atención sostenida. Por otra parte, es la primera vez en
España que se utilizan pruebas de IRMf para evaluar el efecto de la cafeína y el azúcar sobre el cerebro y su rendimiento.
“Este es un estudio pionero por primera vez se usa la IRMf, para evaluar el efecto de la cafeína y la glucosa sobre el funcionamiento cerebral. La IRMf permite detectar, mediante una excelente resolución espacial (de 3 mm), si existe un patrón de actividad cerebral diferente en los sujetos en función de si toman sólo agua, sólo cafeína, sólo glucosa o la combinación de cafeína y glucosa. Los resultados, pendientes de publicación, indicarían que los sujetos que toman la combinación de cafeína y glucosa tienen un sistema atencional más eficiente, ya que necesitan menor activación cerebral para tener un rendimiento similar al de los otros participantes”, añade el Dr. Josep Maria Serra- Grabulosa, otro de los expertos participantes en el trabajo.
En este estudio experimental se utilizó un procedimiento de doble ciego, de manera que a primera hora de la mañana y en ayunas se administraba de forma aleatoria a los participantes una bebida conteniendo sólo agua, agua más 75 mg de glucosa, agua más 75 mg de cafeína o agua más glucosa y cafeína. Así, ni los participantes en el experimento ni los evaluadores conocían el contenido de la bebida administrada, de forma que los resultados no pudieran ser sesgados por el hecho de conocer el contenido de la bebida.
Otros trabajos
Otro estudio de los mismos investigadores, publicado el año pasado en la revista Progress in Neuro-Psychopharmacology & Biological Psychiatry, comparó los efectos de la ingesta de 100 y 5 miligramos de cafeína en una muestra de 668 estudiantes universitarios. El consumo de 100 miligramos de cafeína produjo un beneficio en el estado de activación ya a los 10 minutos de su consumo, siendo éste superior en los hombres que en las mujeres. El consumo de 5 miligramos de cafeína (correspondiente al contenido de un café descafeinado) también mejoró la activación, aunque en menor medida, siendo en este caso las mujeres las que obtienen un beneficio superior.
La revista internacional Journal of Alzheimer’s Disease publicó recientemente un estudio realizado por el Instituto Karolinska de Estocolmo, la Universidad de Kuopio de Finlandia, y la Universidad de Helsinki, en el que sus responsables mostraron cómo los consumidores habituales de cafeína tienen un riesgo menor de padecer Alzheimer y otras demencias. El estudio, encaminado a determinar cómo la cafeína actúa en el sistema neurológico con el paso de los años, está basado en una muestra de 1.409 personas.
Los datos obtenidos permiten afirmar que el grupo de consumidores habituales de cafeína mostraron un 65% menos de riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer u otras enfermedades neurodegenerativas respecto al grupo que no consumía cafeína.
Cada vez son más numerosos los estudios publicados que muestran también efectos positivos en la salud derivados de un consumo moderado de cafeína. Por ejemplo, la Universidad de Australia Occidental confirmó hace dos años que dosis bajas de cafeína equivalentes a dos refrescos de cola conseguían mejorar la capacidad de atención, energía, creatividad, alerta, eficiencia y rendimiento en estudiantes universitarios.
Información para prensa:
IMPACCTA HC – Àngels Vicent