El farmacéutico que quiere hacer de médico

General 25/02/2009

La Revista OMC reproduce en su último número un documento en donde un farmacéutico hace la historia clínica de los pacientes y le dice al médico qué tratamiento debe prescribir. Se rompe así la vieja regla, respetada hasta ahora, de que “el que prescribe no debe dispensar y el que dispensa no debe prescribir”, muy útil para evitar mezclar intereses y conflictos de valores. Si la denominada “Atención Farmacéutica” consiste en casos como el presente, no sólo se está creando un escenario de confusionismo, sino que se está atentando contra la seguridad de los pacientes, para cuyo diagnóstico y tratamiento sólo están capacitados aquellos que cursan la carrera de Medicina

Desde la Organización Médica Colegial (OMC) se ha venido alertando sobre los riesgos que la denominada “Atención Farmacéutica” puede tener para el ciudadano, al otorgar al farmacéutico unas competencias que, por preparación y conocimiento tanto de la enfermedad, como del paciente y de su historia clínica, corresponden al médico. En el último número de la Revista OMC se reproduce un documento en el que se demuestra cómo la realidad va más lejos aún y se llega a casos como el presente, en donde un farmacéutico hace sus propias historias clínicas y diagnósticos de los clientes que acuden a su farmacia, y dirige cartas a los médicos correspondientes indicándoles cuál debe ser el tratamiento correcto que –en su opinión- debería poner el médico a esos pacientes. Como se ve, el mundo al revés: el farmacéutico haciendo el papel de médico y de farmacéutico al mismo tiempo, y dejando al médico la única tarea de rellenar las recetas con las indicaciones del farmacéutico.


Este caso concreto, que quizás sólo sea la punta del iceberg o la avanzadilla de lo que se avecina, ha sido puesto en conocimiento de la OMC quien lo trasladará al Colegio de Médicos respectivo, a fin de que inicie los trámites jurídicos necesarios para evitar que se atente contra la salud de los pacientes al asumir dicho farmacéutico unas competencias que no le corresponden y para las cuales no está legalmente capacitado.



Las consecuencias de un desarrollo controvertido


La propuesta conocida como “Atención Farmacéutica” es un conjunto de actuaciones asistenciales del farmacéutico en su ejercicio profesional, pero cuyo desarrollo es muy controvertido por cuanto entraña riesgos, al asignar al farmacéutico la realización de unas actividades de difícil justificación mediante propuestas que pueden constituir actos que se enfrentan directamente con la competencia exclusiva del médico. Y muy especialmente al romper la vieja regla, respetada hasta ahora, de que “el que prescribe no debe dispensar y el que dispensa no debe prescribir”, muy útil para evitar mezclar intereses y conflictos de valores.


Desde la OMC se ha propugnado un papel más activo y responsable del farmacéutico en todo lo relacionado con el medicamento, pero siempre en colaboración con el médico y bajo la supervisión de este en cuanto a la prescripción y control del tratamiento de sus pacientes.


La solución a los problemas relacionados con los medicamentos pasa por mejorar las condiciones en las que se realiza el acto médico, entre las que destaca el tiempo empleado para cada paciente y la formación continuada con acreditación periódica de la competencia. Si la denominada “Atención Farmacéutica”, que ha sido presentada como la solución universal para los problemas del Sistema Nacional de Salud, consiste en casos como el presente, no sólo se está creando un escenario de confusionismo, sino que se está atentando contra la seguridad de los pacientes, para cuyo diagnóstico y tratamiento sólo están capacitados aquellos que cursan la carrera de Medicina.



Para ver el documento al que hace alusión este artículo pinche AQUI






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