DECLARACIÓN DE LA OMC SOBRE EL CONSUMO RESPONSABLE DE ANTIBIÓTICOS

General 18/11/2008

España es uno de los países desarrollados del mundo con mayor consumo de antibióticos (35 dosis diarias definidas/1.000 habitantes/día). Desde hace años se está produciendo un incremento progresivo de bacterias resistentes al tratamiento. Este problema es de trascendencia mundial puesto que la globalización aumenta la vulnerabilidad de cualquier país a enfermedades que se dan en otros, y de la misma manera, las bacterias resistentes viajan, lo que constituye una grave amenaza para la salud pública mundial, como reconoce la OMS.

Las infecciones por bacterias resistentes se asocian a una mayor morbilidad, mortalidad, demanda sanitaria, gasto sanitario y deterioro de la eficacia del tratamiento de futuros pacientes, lo que probablemente esté condicionando que las enfermedades infecciosas sean la causa más frecuente de consulta (40% de las visitas en Atención Primaria).


El médico realiza la prescripción conociendo los datos sobre resistencias bacterianas del centro en el que trabaja, no existe automedicación y se controla la evolución clínica y el cumplimiento del tratamiento a diario. Aspectos que hay que potenciar en Atención Primaria donde hay una oferta de antibióticos superior a 1.000 especialidades farmacéuticas.

El consumo exagerado de antibióticos en Atención Primaria está condicionado por un déficit de racionalidad en la prescripción médica, en la dispensación farmacéutica sin receta, el uso indiscriminado que realizan los pacientes y la falta de iniciativas claras de la Administración sanitaria para el desarrollo de una política de antibióticos en Atención Primaria que mejore su utilización.




LOS MÉDICOS:


1. Han de recordar que la etiología de muchas de las infecciones atendidas en Atención Primaria no necesariamente es de origen bacteriano y que, de entre ellas, las que cursan en pacientes sin co-morbilidad, pueden ser localizadas y autolimitadas, es decir, que pueden curar sin tratamiento antibiótico.


2. Siempre, ante un proceso infeccioso:
a) Confirmar la existencia de infección.
b) Localizar la infección.
c) Seleccionar el medicamento con unas propiedades farmacocinéticas y farmacodinámicas que favorezcan su actividad en un lugar determinado del organismo, manteniendo la concentración adecuada en el foco de la infección.
d) Conocer las resistencias bacterianas del área geográfica.
e) Determinar la necesidad de tratamiento antibiótico.
f) Elegir el antibiótico más eficaz y con menor espectro de actividad bacteriana.
g) Administrar el antibiótico a la posología correcta, el tiempo adecuado, por la vía idónea, haciendo un seguimiento terapéutico para comprobar su efecto.
h) Adecuar el tratamiento antibiótico a la situación del paciente (alergias, edad, peso, función renal y hepática, embarazo, antecedentes de hospitalización o cirugía reciente).
i) Informar al paciente sobre el proceso infeccioso y el tratamiento prescrito, insistiendo en la importancia de respetar el intervalo recomendado entre dosis y la duración completa del tratamiento.
j) Controlar el cumplimiento, la posibilidad de que aparezcan efectos adversos y evaluar la eficacia del tratamiento.

3. Consultar guías terapéuticas y de buena práctica clínica actualizadas, independientes, basadas en pruebas científicas.

4. Fomentar y desarrollar programas y políticas de uso racional de antibióticos con carácter multidisciplinar.



 

LOS FARMACÉUTICOS:



1. Deben ajustarse a la legislación y no dispensar ningún antibiótico sin la correspondiente receta prescrita por el médico. El momento de la dispensación debe servir para utilizar estrategias educativas establecidas con el fin de mejorar el conocimiento que se tiene sobre los antibióticos, disminuir la automedicación y educar a la población, al poner de manifiesto la necesidad de una exploración médica y un diagnóstico clínico previo a la prescripción.

2. Promover junto a los médicos el uso correcto de antibióticos

3. Participar en los programas y políticas de uso racional de antibióticos. Las farmacias de los centros de salud son lugares idóneos donde transmitir los mensajes educativos en salud, previamente elaborados por el equipo de profesionales sanitarios.

4. Informar sobre la importancia de cumplir la posología y la duración del tratamiento prescrito por el médico, y asegurarse de que el paciente lo ha comprendido.



LA ADMINISTRACIÓN SANITARIA:



1. Mejorar las condiciones en la atención médica, dar al médico tiempo y   
herramientas necesarias para hacer un buen uso de antibióticos.
      
2. Inspeccionar de forma eficiente la dispensación de antibióticos sin receta
en Oficinas de Farmacia.
      
3. Desaconsejar el uso de antibióticos de uso hospitalario y de nuevas  
fórmulas supuestamente innovadoras.


4. Homogeneizar las especialidades farmacéuticas a las pautas más
comunes de la duración de los tratamientos de los distintos procesos infecciosos.
     
5. Controlar de forma eficiente las campañas de publicidad de la industria
farmacéutica, haciendo cumplir la legislación vigente, y de acuerdo con la ficha técnica.
      
6. Informar a la población sobre las consecuencias de la automedicación.


7. Activar y protocolizar políticas de aplicación de terapia antimicrobiana en epidemias y situaciones diversas, con carácter multidisciplinar y dirigidas por farmacólogos clínicos, médicos de familia y pediatras.


8. Crear y desarrollar políticas de antibióticos en Atención Primaria.


9. Usar de forma eficiente los antibióticos en veterinaria, frenar su utilización masiva (supone el 40 por ciento del consumo total de antibióticos en España).


10.  Vigilar el uso, aplicación y promoción de los antibióticos por las industrias agroalimentarias y químico-farmacéuticas.


Este documento pretende recordar y potenciar otro ya existente, fruto del consenso entre Sociedades Científicas Médicas y Farmacéuticas.






 


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