Guías lácteos

General 07/10/2008

Ancianos y dietas ( Dr Toquero de la Torre)


El deterioro de los sentidos del gusto y del olfato es algo normal en el proceso de envejecimiento de muchas personas. Este es uno de los motivos por los cuales en la vejez se disminuye el deseo de alimentarse y por consiguiente se dejan de consumir nutrientes importantes para mantener el cuerpo sano.

La desnutrición en las personas de más edad es una condición compleja causada por una combinación de factores en sus vidas. Aunque no es fácilmente identificable, se trata de un grave problema de salud que aqueja a muchos ancianos.

Existen una variedad de condiciones por las cuales es posible que los ancianos no consuman los nutrientes que necesitan. Algunos viven solos y no les queda fácil movilizarse para hacer las compras y para preparar sus alimentos. Esto origina un consumo menor de las cantidades y variedades de alimentos requeridos.

La depresión y los problemas bucales por ejemplo


La dieta del anciano

La dieta de un anciano debe de tener entre 1900 y 2100 calorías al día. Dicha dieta debe contener un equilibrio de proteínas, grasas y carbohidratos, así como suficiente aporte de vitaminas y calcio. Para hacer los alimentos más asequibles a sus condiciones físicas, es importante que se tengan en cuenta los siguientes puntos:


• Los alimentos deben de ser de fácil masticación y deglución.

• Se deben evitar comidas de gran cantidad. Es mejor pequeñas porciones pero 5 o 6 veces al día.

• La composición debe de ser variada para ser equilibrada.

• Dar mucha importancia a los derivados lácteos (leche, quesos, yogures, etc.).

• Ingerir poca azúcar.

• Limitar el consumo de sal a menos de 2 gramos al día.

• Comer carne al menos una vez al día.

• Priorizar los alimentos con grasas poliinsaturadas como los aceites vegetales (oliva) y los pescados.

• Dar importancia a la fibra ya sea en cereales o panes integrales.

• Tomar mínimo un litro diario de agua o de jugos.

Para darle mayor gusto a las comidas, utilizar condimentos y salsas aromáticas. Además la comida debe estar bien presentada, y ajustada a sus gustos para que sea ingerida sin problemas.

La forma más saludable de cocinar los alimentos es al horno, a la plancha o hervidos. Evite los fritos y el exceso de grasa. Para completar el aporte calórico suficiente, puede enriquecer ciertos purés con queso u otros derivados de la leche (salsa bechamel)

Las proteínas deben estar en consonancia con una buena función renal y se sugiere su consumo de la siguiente manera:


• El 60% proteínas de origen animal, carnes sin gordos a la plancha, pescados cocidos o al vapor y una cantidad de 3 huevos a la semana (cocidos o pasados por agua).

• El 40% restante lo aportan las proteínas de origen vegetal, combinando legumbres y verduras, o legumbres y cereales.


Los carbohidratos deben representar el 55-60% del aporte calórico diario. No se debe pasar del 5% en forma de azúcar refinada. Se debe racionalizar la utilización de edulcorantes.


Minerales y vitaminas: Para cubrir las necesidades de estos nutrientes se deben aportar diariamente al menos:

Lácteos: 2 a 3 raciones diarias. Los derivados lácteos ricos en ácido láctico tienen ventajas en cuanto a la posible absorción de calcio frente a la leche y los quesos. Hoy en día es f& aacute;cil conseguir leche deslactosada en el mercado, lo que ayudará a una mejor digestión de este alimento.

Verduras y hortalizas: 2 ó más raciones diarias. Las verduras se deben cocinar preferentemente al vapor y si es necesario, se pueden suministrar en forma de purés o cremas.

Frutas: Se deben consumir maduras, bien lavadas y preferentemente sin cáscara. Es necesario aportar 2 a 3 raciones diarias ya sea en forma de piezas, purés, papillas o jugos.




LACTEOS DEFINICION:


Son un conjunto de alimentos que, por sus características nutricionales, son los más básicos y completos (equilibrados) en composición Los lácteos son un grupo de alimentos formados principalmente por el yogur, el queso y la leche, siendo esta última el componente más importante de este grupo. Hay que tener en cuenta que todos los alimentos realizados a partir de la misma, excepto la mantequilla y la crema de leche, forman parte de este grupo.

Los lácteos son un de nutrientes. Por ejemplo, la leche contiene hidratos de carbono, proteinas, grasas, vitaminas y minerales.

El principal hidrato de carbono de la leche es la lactosa, que para poder ser digerida por el organismo es necesaria la presencia de una proteina (enzima) llamada lactasa. En ocasiones, dicha enzima falta total o parcialmente, dando lugar al cuadro clínico denominado intolerancia a la lactosa Función:

La principal función de la leche y sus derivados es la nutritiva.

La leche va a aportar al organismo los principales principios inmediatos, así como vitaminas y minerales:

Proteínas: las proteinas de la leche son de alto valor biológico, ya que nos proporcionan todos los elementos necesarios para el buen funcionamiento de nuestro organismo.

Grasas: en su composición se encuentran los ácidos grasos esenciales. Están presentes como finas partículas que, en ocasiones, como ocurre con la ebullición, se reúnen formando una capa en la superficie: es la nata o crema de la leche. Al extraer la grasa de este alimento obtenemos los llamados productos desnatados.

Vitaminas: sobre todo la vitamina A, D y las del grupo B.

Minerales: fundamentalmente el calcio y el fósforo.

Los productos lácteos son alimentos con proteínas de alto valor biológico. Esto quiere decir que esas proteínas contienen todos los aminoácidos esenciales para el organismo. Además contienen calcio en forma de sal de fosfato, que es la forma en que el calcio es más fácilmente absorbible, por lo que es esencial en las épocas de crecimiento, así como durante el embarazo y la lactancia. Por la misma razón es un alimento básico en la infancia y adolescencia. También es una fuente muy buena de vitamina A.

Durante la infancia y adolescencia, los huesos, además de crecer de forma longitudinal, tienen que formarse para tener una gran consistencia. Esto es lo que se llama la densidad mineral ósea, cuyo pico máximo se adquiere en las 2-3 primeras décadas de la vida. Es por eso muy importante el consumo de calcio en la niñez y en la adolescencia, sobre todo en forma de lácteos, ya que en esta época de la vida la capacidad de asimilar el calcio es enorme y son años clave para tener un hueso de consistencia adecuada. Es necesario crear desde la infancia el hábito de ingesta de lácteos, ya que favorecen que el niño tenga un esqueleto con huesos de calidad.

Además, está demostrado que el consumo elevado de calcio en forma de lácteos en los años que rodean a la menopausia disminuye la pérdida de densidad mineral ósea que se produce indefectiblemente tras la desaparición de las menstruaciones.

En el caso de los mayores los lácteos son un alimento muy interesante, debido a sus excelentes propiedades nutritivas y a la facilidad de consumo. A menudo los ancianos tienen dificultades de masticación (por falta de piezas dentarias) y de deglución, por lo que las recetas de comidas blandas a base de leche (croquetas, purés, cremas, natillas, flanes...) resultan especialmente indicadas.


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