La Escuela Andaluza de Salud Pública ha acogido unas jornadas sobre Migraciones Profesionales en la que han participado expertos en Personal de la OMS y de la OPS. Los ponentes han coincidido en que el problema del déficit de médicos mundial es la distribución irregular de los recursos humanos, y no la producción de nuevos profesionales sanitarios.
El déficit de médicos es ya un problema mundial, pero por los errores de la distribución del personal, no por que sea necesario incrementar el número de futuros profesionales. Así al menos lo entienden Norbert Dreesch, técnico del Departamento de Recursos Humanos para la Salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y Charles Godue, coordinador del proyecto de recursos humanos para la salud en la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que acaban de participar en la reunión internacional de expertos en planificación de personal en la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP), un encuentro que se enmarca dentro del programa sobre Migraciones Profesionales de Salud entre América Latina y Europa financiado por la Unión Europea.
Con esta idea central sobre la planificación de personal, tanto Dreesch como Godue ponen en entredicho la política de algunas comunidades autónomas españolas de incrementar las facultades de Medicina como solución a medio plazo contra la escasez de profesionales.
Los dos destacan que el déficit de facultativos tienen pautas comunes en los diferentes continentes, salvo en África, donde la crisis de recursos humanos sanitarios es general y creciente.
Sin registros oficiales
Godue opina que buena culpa de la situación actual la tiene la falta de implicación política generalizada en una cuestión con amplias consecuencias como la demografía médica. En este sentido, apunta que la falta de registros nacionales de profesionales es una tendencia internacional común. Además, recalca la hiperespecialización de los nuevos galenos y la falta de recursos en atención primaria como dos desencadenantes objetivos de la escasez de médicos, y a la vez como dos aspectos claves entre los retos del futuro. En el Sistema Nacional de Salud, tanto el ministerio como los representantes de la profesión esperan que la troncalidad -que reducirá los índices de la superespecialización médica- tenga sus efectos sobre el mapa demográfico médico.
Ambos expertos consideran que el gran desafío en materia de gestión de personal es "el análisis global, nacional y regional" del número de profesionales y las necesidades reales de los sistemas sanitarios. Para empezar a planificar con responsabilidad y acierto han reclamado "compromisos políticos fuertes".
Brasil y Canadá
Godue ve indicios de cambios, al menos en América, en el interés de los gobiernos por las necesidades de personal. Subraya, por ejemplo, el impulso que protagoniza Brasil, "donde hay compromisos de Estado". Entre otras cuestiones, hace hincapié en la importancia que da al primer nivel asistencial. Al parecer, allí las condiciones laborales de los médicos de primaria están por encima de las de los que ejercen en hospitales. De Canadá destaca el enfoque multiprofesional que está imprimiendo en sus políticas de personal, dando más importancia a los perfiles de competencias que se requieren para dar respuesta a la demanda sanitaria.
En cualquier caso, recalca que los países punteros en planificación se están centrando en prestigiar con hechos la primaria.
Con esta idea central sobre la planificación de personal, tanto Dreesch como Godue ponen en entredicho la política de algunas comunidades autónomas españolas de incrementar las facultades de Medicina como solución a medio plazo contra la escasez de profesionales.
Los dos destacan que el déficit de facultativos tienen pautas comunes en los diferentes continentes, salvo en África, donde la crisis de recursos humanos sanitarios es general y creciente.
Sin registros oficiales
Godue opina que buena culpa de la situación actual la tiene la falta de implicación política generalizada en una cuestión con amplias consecuencias como la demografía médica. En este sentido, apunta que la falta de registros nacionales de profesionales es una tendencia internacional común. Además, recalca la hiperespecialización de los nuevos galenos y la falta de recursos en atención primaria como dos desencadenantes objetivos de la escasez de médicos, y a la vez como dos aspectos claves entre los retos del futuro. En el Sistema Nacional de Salud, tanto el ministerio como los representantes de la profesión esperan que la troncalidad -que reducirá los índices de la superespecialización médica- tenga sus efectos sobre el mapa demográfico médico.
Ambos expertos consideran que el gran desafío en materia de gestión de personal es "el análisis global, nacional y regional" del número de profesionales y las necesidades reales de los sistemas sanitarios. Para empezar a planificar con responsabilidad y acierto han reclamado "compromisos políticos fuertes".
Brasil y Canadá
Godue ve indicios de cambios, al menos en América, en el interés de los gobiernos por las necesidades de personal. Subraya, por ejemplo, el impulso que protagoniza Brasil, "donde hay compromisos de Estado". Entre otras cuestiones, hace hincapié en la importancia que da al primer nivel asistencial. Al parecer, allí las condiciones laborales de los médicos de primaria están por encima de las de los que ejercen en hospitales. De Canadá destaca el enfoque multiprofesional que está imprimiendo en sus políticas de personal, dando más importancia a los perfiles de competencias que se requieren para dar respuesta a la demanda sanitaria.
En cualquier caso, recalca que los países punteros en planificación se están centrando en prestigiar con hechos la primaria.