Dentro de la colección de Guías de Buena Práctica Clínica que viene editando la Organización Médica Colegial, acaba de ver la luz una nueva edición actualizada de la guía dedicada a la osteoporosis.
Como señala el presidente del Consejo General de Colegios de Médicos, el doctor Isacio Siguero, estas guías “ayudan al médico en el ejercicio diario de su profesión, proporcionándole de manera precisa y esquemática, opciones de actitudes diagnósticas y terapéuticas, basadas en evidencia científica y criterios exclusivamente profesionales”.
La formación continuada es una exigencia ineludible en la profesión médica y, tal como señala el doctor Alfonso Moreno, presidente del Consejo Nacional de Especialidades Médicas, “una forma de mantener ese alto grado de calidad y responder a las exigencias de la Medicina Basada en la Evidencia es el establecimiento de unas normas de actuación acordes con el conocimiento científico”.
Los autores de la presenta guía han sido los doctores Cristina Carbonell (Barcelona), Juan Antonio Martín (Toledo) y Carmen Valdés (Madrid), con la colaboración del profesor Xavier Nogués (Barcelona) como asesor y la coordinación de la obra a cargo de los doctores Francisco Toquero y Juan José Rodríguez Sendín, de la Organización Médica Colegial.
Permanente actualidad de la osteoporosis
La osteoporosis ha pasado de ser considerada como un proceso fisiológico a una enfermedad claramente relacionada con una serie de alteraciones del metabolismo óseo. Actualmente está definida como la pérdida progresiva de masa ósea y el deterioro de la calidad del hueso, lo que conlleva al adelgazamiento de la estructura del mismo, aumentando su fragilidad.
Puesto que la fractura osteoporótica es la manifestación clínica más evidente de la existencia de osteoporosis, se debe intentar el diagnóstico temprano de la pérdida de masa ósea antes de que se produzca la fractura. Actualmente la densiometría ósea es la técnica más utilizada para determinar la masa ósea, disponiéndose de tratamientos antiresortivos para la prevención y tratamiento así como fármacos formadores de masa ósea.
Las fracturas por fragilidad causan un enorme impacto sociosanitario y son la consecuencia clínica más importante de la osteoporosis. Después de los 50 años de edad, el riesgo de padecer fractura osteoporótica es del 40% en mujeres y del 13% en hombres. En el caso concreto de la fractura de cadera, esta provoca una mortalidad cercana al 30% en el primer año y más de a mitad de los que sobreviven a la misma presentan algún grado de incapacidad más o menos importante.
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Debido a la trascendencia, tanto a nivel clínico como socioeconómico, la osteoporosis se ha convertido en las últimas décadas en una de las enfermedades que están motivando un mayor interés en el campo de la medicina preventiva.
Desde la Atención Primaria de Salud, y en base a los principios que la rigen, la actuación más efectiva debe desarrollarse desde la prevención primaria y para ello se dispone de unas medidas generales aplicables a todas las enfermedades crónicas. Estas actividades preventivas de tipo general pueden representar un gran cambio, ya que con sólo modificar determinados comportamientos en los estilos de vida, se influye de manera decisiva en la aparición de la enfermedad.
Gabinete de Prensa del Consejo General de Colegios de Médicos