Entre los principales factores de riesgo, la OMC hace un llamamiento por potenciar las estrategias en la reducción del consumo del tabaco y el alcohol
Con motivo del Día Mundial Contra el Cáncer, que se celebra el 4 de febrero, bajo el lema “El cáncer también se puede prevenir”, la Organización Médica Colegial hace un llamamiento de la importancia de las campañas de prevención contra el cáncer para reducir los casos diagnosticados en todo el mundo.
El cáncer es la causa de una de cada ocho muertes en todo el mundo, más que el sida, la tuberculosis y la malaria juntos. Según datos de la OMS la estrategia de la prevención es la medida más eficaz y podría reducir potencialmente hasta el 40% de los casos diagnosticados a largo plazo. De los 12 millones de personas que son diagnosticadas con cáncer cada año, cerca del 20% puede atribuirse a infecciones virales o bacterianas que directamente causan o aumentan el riesgo de contraer esta enfermedad.
Desde la OMC se apela por una mayor concienciación de la población, con especial énfasis en el colectivo de los adolescentes y jóvenes en la prevención basada en los principales factores de riesgo como son el consumo del tabaco y el alcohol; la exposición excesiva a los rayos solares, las prácticas sexuales de riesgo sin medidas de protección adecuadas, los desordenes alimentarios, la obesidad y el sedentarismo.
Tabaco y alcohol
En esta línea, desde la OMC se destaca la necesidad de potenciar las estrategias en la reducción del consumo del tabaco y el alcohol. “Los estudios científicos demuestran la relación directa del consumo de tabaco con algunos cánceres como el de pulmón o el de estómago, pero también tiene consecuencias graves para los fumadores pasivos”, señala el presidente de la Organización Médica Colegial, el Dr. Rodriguez Sendín.
Otro de los factores de riesgo es el consumo de alcohol que se asocia con muchos cánceres como el de hígado o estómago. “Hay que mejorar la implementación de estrategias que reduzcan el consumo precoz del alcohol en la gente joven que supone la pérdida de calidad de vida así como el deterioro psico-físico de la persona”, recalca el Dr. Sendín.
Adolescentes y jóvenes
Mantener la buena salud de los adolescentes y los jóvenes es de crucial importancia para calidad de vida como adultos. Los servicios sanitarios y la sociedad en su conjunto deben prestar una atención especial a la salud de los adolescentes y de los jóvenes.
Se debe poner a disposición de todos los jóvenes y adolescentes una amplia gama de servicios fácilmente accesibles.
A menudo se piensa que la adolescencia son los años de la vida con la mejor salud física y cuando menos se necesita los servicios sanitarios, aunque ésto es así para la mayoría de los jóvenes, una parte importante de éstos sufren diversos problemas de salud. Varios estudios demuestran que los problemas de salud y los hábitos “generadores de problemas” suelen ser similares durante la adolescencia y la edad adulta. Está documentado que los adolescentes que tienen muchos problemas de salud suelen seguir teniéndolos cuando son adultos. Por ello durante esos años tan vulnerables y cruciales es importante sentar una base de actividades preventivas y de apoyo, fundamentales para la salud en un futuro.
Aunque los resultados de una prevención inadecuada de los riesgos para la salud tarde o temprano serán competencia de los servicios sanitarios, otros espacios son iguales o más importantes para las actividades de prevención. El compromiso de la OMC con estas actuaciones es total.
Diagnóstico precoz
En los últimos años, hemos asistido a los avances en tratamientos para abordar algunos cánceres como el de mama, próstata o colón. Asimismo, existen programas de salud pública que pueden prevenir el desarrollo de cánceres o aumentar la probabilidad de curarlos a través de las pruebas de screening para detectar el cáncer de cuello de útero o mama, pruebas diagnóstico precoz de cáncer de próstata así como programas de vacunación contra la infección por el virus de la hepatitis B.
La estrategia de la prevención es la herramienta ideal para reducir los casos de cáncer. Según la OMS, si no se adoptan medidas, se prevé que en el año 2030 la cifra total de nuevos casos de cáncer diagnosticados llegue hasta los 26 millones y que la cifra de muertes alcance los 17 millones, registrándose el aumento más acelerado en los países de bajos y medianos recursos.
El cáncer es la causa de una de cada ocho muertes en todo el mundo, más que el sida, la tuberculosis y la malaria juntos. Según datos de la OMS la estrategia de la prevención es la medida más eficaz y podría reducir potencialmente hasta el 40% de los casos diagnosticados a largo plazo. De los 12 millones de personas que son diagnosticadas con cáncer cada año, cerca del 20% puede atribuirse a infecciones virales o bacterianas que directamente causan o aumentan el riesgo de contraer esta enfermedad.
Desde la OMC se apela por una mayor concienciación de la población, con especial énfasis en el colectivo de los adolescentes y jóvenes en la prevención basada en los principales factores de riesgo como son el consumo del tabaco y el alcohol; la exposición excesiva a los rayos solares, las prácticas sexuales de riesgo sin medidas de protección adecuadas, los desordenes alimentarios, la obesidad y el sedentarismo.
Tabaco y alcohol
En esta línea, desde la OMC se destaca la necesidad de potenciar las estrategias en la reducción del consumo del tabaco y el alcohol. “Los estudios científicos demuestran la relación directa del consumo de tabaco con algunos cánceres como el de pulmón o el de estómago, pero también tiene consecuencias graves para los fumadores pasivos”, señala el presidente de la Organización Médica Colegial, el Dr. Rodriguez Sendín.
Otro de los factores de riesgo es el consumo de alcohol que se asocia con muchos cánceres como el de hígado o estómago. “Hay que mejorar la implementación de estrategias que reduzcan el consumo precoz del alcohol en la gente joven que supone la pérdida de calidad de vida así como el deterioro psico-físico de la persona”, recalca el Dr. Sendín.
Adolescentes y jóvenes
Mantener la buena salud de los adolescentes y los jóvenes es de crucial importancia para calidad de vida como adultos. Los servicios sanitarios y la sociedad en su conjunto deben prestar una atención especial a la salud de los adolescentes y de los jóvenes.
Se debe poner a disposición de todos los jóvenes y adolescentes una amplia gama de servicios fácilmente accesibles.
A menudo se piensa que la adolescencia son los años de la vida con la mejor salud física y cuando menos se necesita los servicios sanitarios, aunque ésto es así para la mayoría de los jóvenes, una parte importante de éstos sufren diversos problemas de salud. Varios estudios demuestran que los problemas de salud y los hábitos “generadores de problemas” suelen ser similares durante la adolescencia y la edad adulta. Está documentado que los adolescentes que tienen muchos problemas de salud suelen seguir teniéndolos cuando son adultos. Por ello durante esos años tan vulnerables y cruciales es importante sentar una base de actividades preventivas y de apoyo, fundamentales para la salud en un futuro.
Aunque los resultados de una prevención inadecuada de los riesgos para la salud tarde o temprano serán competencia de los servicios sanitarios, otros espacios son iguales o más importantes para las actividades de prevención. El compromiso de la OMC con estas actuaciones es total.
Diagnóstico precoz
En los últimos años, hemos asistido a los avances en tratamientos para abordar algunos cánceres como el de mama, próstata o colón. Asimismo, existen programas de salud pública que pueden prevenir el desarrollo de cánceres o aumentar la probabilidad de curarlos a través de las pruebas de screening para detectar el cáncer de cuello de útero o mama, pruebas diagnóstico precoz de cáncer de próstata así como programas de vacunación contra la infección por el virus de la hepatitis B.
La estrategia de la prevención es la herramienta ideal para reducir los casos de cáncer. Según la OMS, si no se adoptan medidas, se prevé que en el año 2030 la cifra total de nuevos casos de cáncer diagnosticados llegue hasta los 26 millones y que la cifra de muertes alcance los 17 millones, registrándose el aumento más acelerado en los países de bajos y medianos recursos.
Para más información:
Gabinete de Prensa de la OMC
