Según un estudio realizado por la Fundación Galatea, un 30% de los residentes estarían en una situación de riesgo psicológico
La residencia es un periodo de aprendizaje, proclive al estrés, que puede afectar al proceso de formación. Cada vez son más los estudios que alertan sobre los niveles elevados de estrés, de burn-out y de malestar psicológico en la profesión médica en general. Esta fase es un momento idóneo para proporcionar al médico habilidades y recursos que le permitan no sólo desempeñar una excelente praxis sino poder controlar los niveles de estrés a los que se ve sometido en el ejercicio de su profesión.
La Fundación Galatea y el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (OMC) han editado la guía “la salud del MIR” que pretende ser una herramienta de información y sensibilización para los tutores y otros profesionales que están en contacto con los MIR y, también, para los propios médicos residentes.
Esta guía quiere poner a su alcance conocimientos y recomendaciones que les puedan ser de utilidad en tres vertientes. “La primera para mejorar la comprensión de los aspectos de adaptación y desarrollo psico-afectivo del médico en formación y así poder orientar mejor los conflictos que a menudo se presentan. La segunda, para considerar la importancia de la a adquisición de competencias que promuevan la preocupación del médico por su propio cuidado y bienestar, como un aspecto básico de su formación. Y, finalmente, la tercera, para poder dar a conocer los recursos de que se disponen cuando las situaciones sobrepasan el ámbito de la formación y requieren atención especializada”, explica el Dr. Francisco Collazos, psiquiatra del PAIME (Programa de Atención Integral al Médico Enfermo) y coautor de la guía.
Los MIR, los médicos más estresados
En Cataluña, se ha realizado una encuesta, elaborada por la Fundación Galatea a la población MIR que señala que un 30% estaría en situación de riesgo psicológico. Este estudio, que coincide con otros realizados, indica que el nivel de estrés entre los profesionales de la salud es superior al del resto de la población, que se sitúa alrededor del 18%. Del estudio se desprende que el 32% de los residentes se encuentran por encima del límite, esta cifra aumentaba hasta el 42% el primer año de residencia para estabilizarse en un 30% en los años siguientes.
Un entorno profesional competente, tanto en los aspectos técnicos como en los estilos relacionales, es un factor básico en la formación así como un protector del estrés. “La residencia es un momento idóneo para proporcionar al médico habilidades y recursos que le permitan no sólo desempeñar una excelente praxis sino poder controlar los niveles de estrés a los que se ve sometido en el ejercicio de su profesión”, puntualiza el Dr. Manuel Carmona, vocal de formación del médico residente y/o posgrado de la OMC.
En algunos casos, “la incorporación al periodo de residencia puede dar lugar a situaciones de malestar importantes que interfieren en el seguimiento de la formación y también pueden actuar como desencadenante o acelerador de una psicopatología que estaba latente en el individuo”, explica el Dr. Collazos.
El papel del tutor
La experiencia del PAIME (Programa de Atención Integral al Médico Enfermo) ha puesto de manifiesto las dificultades que estas situaciones conllevan para los responsables de la formación del residente. El tutor como profesional que está cerca del residente y responsable de seguir su proceso de aprendizaje es el receptor de sus problemas o inquietudes, más allá de las puramente técnicas.
En algunos casos, la valoración de la situación y la toma de decisiones no son sencillas, y puede incluso que el tutor se sienta desbordado de su ámbito competencial. Esta figura debe tener en cuenta que su función, entre otras, es reforzar positivamente determinadas decisiones, asesorar en la elección de la formación complementaria y, en especial, sobre las guardias.
Preocupación por la salud del MIR
Desde hace años, la salud del MIR es una cuestión central que preocupa a los responsables de diferentes programas de atención de la salud del médico que existen en los países anglosajones.
Algunos han puesto en marcha iniciativas muy diversas: línea de apoyo telefónico 24 horas, formación de los residentes en habilidades de comunicación y capacidad de enfrentar el estrés, la creación de grupos de apoyo, etc.
En todos estos programas, “uno de los temas clave es la formación del formador, es decir, la formación del tutor y de las personas que siguen de cerca el desarrollo profesional del residente y que pueden orientarlo y ofrecerle recursos para abordar correctamente la tarea médica”, señala el Dr. Manuel Carmona.
Para facilitar la incorporación de los nuevos residentes al funcionamiento del centro sanitario, algunas unidades docentes tienen estructurado un plan de acogida del residente e, incluso, algunas tienen la figura de un coordinador de MIR.
Gabinete de Prensa
Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos