Con motivo del Día Europeo Contra las Agresiones a Médicos y Profesionales Sanitarios, que se celebra el 12 de marzo, Médicos y Pacientes entrevista al Dr. José Manuel Bendaña secretario del Colegio de Médicos de Ourense y miembro del Observatorio de Agresiones a Médicos del CGCOM. Tal y como afirma, en esta entrevista, “se necesita una legislación específica que aborde las agresiones en el ámbito sanitario”
Este jueves, 10 de marzo a las 11:00h el Observatorio Nacional contra las Agresiones en el Ámbito Sanitario del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) presentará, en rueda de prensa, como cada año el informe de los datos de las agresiones que han sufrido los médicos y médicas en el ejercicio de su profesión a lo largo de 2021.
De los aplausos, a la sobrecarga asistencial y al aumento de la crispación social ¿Cómo ha afectado la pandemia a las agresiones a los sanitarios?
Como comenta, estas razones, sobre la precariedad que ya existía sobre todo en Atención Primaria y el resto del sistema sanitario, no han hecho más que aumentar la tensión y dificultar enormemente la relación que siempre debería existir entre el paciente y el médico que cuida de su salud.
¿Qué herramientas precisan los médicos para hacer frente estas situaciones?
Lo primero mejorar las condiciones en se presta la asistencia sanitaria y que depende de los proveedores de salud, las administraciones sanitarias, o sea, tiempo, medios, capacidad de gestión... Luego podremos hablar de mejorar habilidades de comunicación y manejo de situaciones difíciles. Sin lo primer, lo segundo se llama heroísmo imposible.
¿Han aumentado las agresiones telemáticas y por redes sociales?
Sin lugar a dudas. Aunque si ya era difícil conocer y registrar las agresiones presenciales, se puede imaginar la cantidad que puede no conocerse en una asistencia no presencial.
¿La telemedicina ha afectado la relación médico-paciente?
No debería, sino lo contrario. La telemedicina debería ser un instrumento más al servicio de la mejor y más eficaz asistencia, nunca un sustituto de la relación presencial. La realidad es que plantearlo como una sustitución es un error absoluto. Que un médico que te conoce o conoce perfectamente tu historia se comunique contigo sin que tengas que desplazarte a su consulta es una ventaja.
Un año después de la puesta en marcha del Curso de Agresiones de la FFOMC y con más de 1600 alumnos. ¿Qué valoración hace de esta formación?
Excelente. Como todo, es mejorable, pero cualquier ayuda y sensibilización sobre este tema es de gran trascendencia para el manejo y la visibilización de este gran problema.
¿Cómo repercutirá este curso en la tendencia de agresiones?
Como digo, esperamos ayudar a mejorar el manejo de las situaciones de violencia, a conocer el antes, el durante y después de esta experiencia tan desagradable.
¿Cómo ha evolucionado el papel del Observatorio contra las agresiones?
Desde el inicio, en que éramos meros observadores hasta la actualidad, en que además somos promotores no sólo de la visibilización del problema, sino de cambios legislativos y actores de formación continuada, con vocación de erradicadores de esta lacra.
¿Cómo es la colaboración con el interlocutor policial?
Excelente y aún tiene recorrido para mejorar si podemos, por ejemplo, contar con herramientas más eficaces, como la denuncia in situ, en la que en el propio momento de la intervención policial se promueven ya diligencias judiciales y se entrega citación al agresor.
Un médico o una médica que sufre una agresión. ¿Qué tiene que hacer?
En primer lugar, salvaguardar su integridad y en segundo pedir ayuda. A sus compañeros, fuerzas de seguridad, su empresa y su colegio médico que pondrá a su disposición todos los medios para minimizar el daño y procesar al agresor.
¿Cómo afecta este hecho a su labor profesional?
Es terrible, tanto a nivel personal, como profesional. Además del daño físico y psíquico que produce cualquier agresión, en una profesión en que la autoexigencia profesional es tan alta y la relación con el paciente es imprescindible, estas experiencias minan enormemente la confianza necesaria para hacer eficaz el acto médico.
El año pasado se instauro el 12 de marzo el Día Europeo Contra las Agresiones a la que se sumaron las instituciones europeas. ¿Qué ha supuesto este hecho?
Se ha visibilizado más el problema que tiene nuestra sociedad. Quiere decir que el problema lo tenemos todos. Esperemos que ello ayude.
¿Qué más se puede hacer desde el CGCOM para acabar con esta lacra?
Continuar con las dinámicas que ya estamos llevando a cabo, pero promoviendo nuevos cambios legislativos que amparen cualquier acto médico, se realice en el ámbito público o privado. Se está hablando cada vez más de la necesidad de una legislación específica que aborde las agresiones en el ámbito sanitario y el CGCOM tiene que estar al frente de estas propuestas.