El aumento exponencial de los contagios por COVID19 en nuestra provincia (al igual que en el resto del Estado) está llevando al límite de sus posibilidades al sistema sanitario. Nuestros centros de salud y nuestros hospitales han visto incrementar de forma muy rápida los nuevos casos, con la sobrecarga asistencial cada vez más difícil de asumir que esto supone.
Las peores previsiones sobre las que, como Colegio Médico de Ourense, alertamos antes de las Navidades, se están cumpliendo. Las comidas, cenas y reuniones familiares y sociales en espacios cerrados de no convivientes -algunas más relajadas aún con la falsa seguridad de los test, inútiles para ese cometido- en las fiestas navideñas, son el origen de este grave empeoramiento de la pandemia. Ni las autoridades ni los ciudadanos nos hicieron caso.
Por tanto, ahora, antes de la que la situación asistencial sea insostenible, debemos, como miembros del Colegio Médico de Ourense, exigir a los responsables políticos y a la ciudadanía ourensana, medidas muy contundentes para frenar cuanto antes esta rápida y negativa evolución. De hecho, ya debieron aplicarse hace varias semanas.
Un confinamiento domiciliario similar al realizado en la primera onda de la pandemia, con las matizaciones que el escaso conocimiento adquirido en estos meses aconseja, sería la medida más rápida y segura para minimizar al máximo los ingresos hospitalarios y las muertes. Durante 20-30 días: permitiendo la actividad escolar, el deporte individual y los paseos al aire libre de los convivientes.
En todo caso, con dicho confinamiento estricto o sin él, es necesario restringir la actividad fuera de casa a lo verdaderamente esencial. Y prohibir las reuniones y encuentros entre no convivientes, sobre todo en espacios cerrados, incluyendo domicilios particulares.
Pero no solo prohibir, sino también -con los cambios legislativos que sean necesarios- hacer cumplir la prohibición por las fuerzas de seguridad con las consecuencias penales que sea menester aplicar a los incumplidores. Sería intolerable, por cierto, que dichos cambios volvieran a ser de nuevo objeto de política partidista, como ocurrió en la primera onda de la pandemia.
Es lamentable vernos obligados a emitir este pronunciamiento. Somos conocedores del coste económico y social que las medidas propuestas suponen, pero en este difícil momento la prioridad es salvar vidas y garantizar la asistencia sanitaria a todos los pacientes, tanto a los infectados por COVID19 como al resto.
Junta Directiva Colegio Médico Ourense
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